10.14.2013

Del coolhunter online y otras derivaciones fotográficas (II)


Fotografias pertenecientes al blog Japanese Street

I-D define esa tendencia, el straight-up, práctica que se repetirá y copiará en muchas revistas de moda hasta llegar al coolhunter on-line del siglo XXI. De tal forma que la explosión de la Web 2.0 revierte una actividad ya asimilada que se sumerge en la estilística fotográfica creada por August Sanders. La moda, como corpus ideológico a partir del cual se construye la tentativa de formalizar el paradigma teórico de una tendencia, es explicada desde el centro urbano. Esto quiere decir que el transeúnte se convierte en sujeto y objeto del paradigma. Sujeto porque accede a los instrumentos potenciales del análisis y hace uso de los medios disponibles para exhibirlo. Objeto porque él mismo es el fin último de ese análisis, aún cuando en ocasiones se nos presente en sus signos más superficiales. La vestimenta es sólo una faceta parcial de una tendencia. Posiblemente su parte más externa, pero si al cruzar el límite de una cremallera colocada en un lugar inusual advertimos las figuras psicológicas, sociales y culturales que la han situado ahí el presagio podría explicar nuevas formas de vida, hábitos de consumo, maniobras culturales emergentes o conjuras fracionadas por la edad.

En este sentido, la Web 2.0. ha ocasionado la proliferación de formas expresivas que, sin ser nuevas, adquieren una relevancia adaptada a las necesidades del consumidor-fashionista, ansioso por recolectar el valor inspiracional de la moda a partir de la actividad de fotógrafos, editores de blog y coolhunters centrados en captar modelos distintivos en el contexto urbano. La variedad de la tipología está en el matiz. Ante la exhibición que promete los signos de una novedad remarcada en alguna prenda, tres figuras recurren al patrón del prescriptor para evidenciar, desde puntos de vista distintos, su influencia potencial.


Fotografías pertenecientes a los blogs The Sartorialist y Citizen Couture

El Coolhunter-Fotógrafo representa, en su predisposición a extraer del medio social los signos distintivos de un enfoque sobre la moda y darles visibilidad en las imágenes, un nivel de análisis intermedio cuya función primaria es la recolección. En ese plano se sitúan blogs como Japanese Street, Still in Berlin, Facehunter, The Sartorialist, Citizen Couture y un largo etcétera de medios depositarios de un archivo inspiracional que ejerce su poder mediador entre lo que ocurre en la calle y un auditorio receptivo a los nuevos estilos, tomando siempre distancia respecto al objeto fotografiado. Sin embargo, el punto de enfoque varía con la dependencia de los motivos semióticos a resaltar. Mientras The Sartorialist fija la atención en aspectos más asequibles y distributivos de la moda, muy en consonancia con la imagen de marca de algunas grandes firmas de moda y un consumidor agrupado en el rango que va de la clase profesional a la clase creativa, Japanese Street realza los intersticios subculturales de la sociedad japonesa, más proclive a la extravagancia-mix y los cauces imaginados del mundo manga, emo, otaku, ciberpunk y otras derivaciones recicables. Citizen Couture, siguiendo la estela del influyente The Sartorialist, concede mayor presencia a una mujer urbana de mediana edad, profesional, versada en la capacidad de exteriorizar su esencia a través de la moda. Streethearts, otro blog de corte inspiracional, lleva el paroxismo de las marcas a su aplicación callejera o a la personalización del fashionista. En todos ellos se detecta no tanto el valor requerido de una innovacion en el ámbito de la moda como la tentativa de objetivar modelos individualizados que ya tienen una difusión más o menos estable en la calle. De hecho, los espacios de innovación pueden estar localizados (y así ocurre en muchas ocasiones) en lugares periféricos y geografías urbanas marginales. Muchos de esos blogs administran el poder totalizador de los centros económico-administrativos de las ciudades, y en consecuencia podrían estar mediatizados por la localización. Desde este punto de vista, ¿es lo mismo innovación y particularidad? Una cuestion dificil de resolver, pero la respuesta siempre encuentra su afirmación ideológica en la envoltura de una tendencia potencial. El error consiste en interpretar el contexto de una tendencia como el sustrato fidedigno de una innovación.

Desde el prisma de otras tipologías, la cuestión residiría en crear afectos a través de la comunicación subjetiva de las categorías de consumo que circundan el amplio espectro de la moda. Ahí se sitúa tanto el Trendsetter como el Fashionista, figuras que también han encontrado su culmen expresivo en los blogs. Ambas se exhiben en la muestra legítima de una definición de la moda customizada al ofrecer su experiencia de la categoría y exponerla ya no tanto desde la distancia analítica como desde la manifestación de una vivencia narrada en primera persona que se ha propuesto trascender en el auditorio. El sujeto se convierte en objeto, el objeto se difumina con el sujeto. El Trendsetter y el Fashionista mantienen una relacion similar con la moda, sin embargo exigen sus diferencias en base al nivel de inmersión en la categoría. La proporción es subjetiva.

 
© Javier M. Reguera . Asi se fundó Carnaby Street 2007-2018 . Killed by podcast 2019